Este año será el cuarto curso consecutivo que doy clase a algunos grupos. Hemos tenido que reinventar el área de Educación Física ante las restricciones que supone la pandemia de la COVID19. Son muchas las limitaciones que ha configurado lo que hoy son las clases en este área:
-imposibilidad de usar material de uso colectivo, aspecto que habíamos realizado en años anteriores.
-la necesidad de mantener el distanciamiento.
-no poder hacer uso del juego colectivo y de los contactos entre los chicos/as, aspectos que son la esencia de este área.
-etc.
Todo ello, nos conducía a desarrollar este área de una nueva manera, donde las medidas de seguridad y la actividad física fuera de la mano y en la que no se limitase a un trabajo exclusivo de condición física. Bajo estos condicionamientos, decidí que era una buena oportunidad para rescatar el trabajo motriz individual, autorregulado, planificado con el alumnado y extrapolado más allá del aula. Este trabajo podría garantizar beneficios muy notables en el alumnado:
-planificar y ser partícipe de la progresión y evaluación de su trabajo (cada persona trabaja al ritmo, cantidad e intensidad de trabajo, según sus intereses).
-descubrir las potencialidades que hay tras los materiales simples construidos por nosotros mismos (con la ayuda de nuestra familia)
-adquirir una actitud proactiva ante la huella ecológica. No todo lo que trabajamos ha de ser comprado, podemos reutilizar materiales que, de otro modo, serían pasto del vertedero (periódicos, bolsas, cuerdas, tela, cámaras pinchadas de bicicleta...)
-así como, una gran cantidad de beneficios que los que nos dedicamos a esta bonita profesión sabemos valorar después de más de dos décadas de trabajo. Pero sobre todo el desarrollo de un amplio desarrollo de la competencias motriz específicas y sus beneficios en el desarrollo cognitivo, matemático y del lenguaje.
Hoy lejos de ver un problema, la pandemia ha abierto nuevas prácticas dentro del área. Quizás nos exija a todos la atención que este área no demandaba:
-a los docentes, investigar, diseñar, y trabajar desde bloques no muy usuales, con las limitaciones citadas al comienzo.
-a los alumnos/as, explorar posibilidades motrices que parecen inalcanzables, pero que con el trabajo adecuado nos enseñan todo lo que nuestro cuerpo y nuestra mente es capaz de hacer.
-a los papás y mamás, dedicar cada mes y medio, más o menos, un ratito para compartir con nuestros hijos/as la construcción de materiales simples (pautados en vídeo) que ayuden a garantizar que nuestros hijos/as hacen una actividad física segura y que garantice los beneficios que tan necesarios son a nivel físico y mental, en los tiempos que les ha tocado vivir con tan corta edad. Bueno,... y gastar unos euros en algunos materiales de los que no disponemos en casa. Hasta ahora, se ha intentado minimizar este gasto ; con una cinta adhesiva, una cuerda, un listón, algunos lazos y un grillete hemos podido hacer los tres materiales que se han utilizado en estos cinco meses (algo menos, de cinco euros).
De todos modos, seguro que para algunas personas todo esto será un sinsentido. El conocimiento y la comprensión han de preceder a la valoración.
El profe de E. Física.
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